Desde1994, cuando SAWS comenzó a implementar programas para cambiar el césped por plantas que consuman menos agua, hemos escuchado que uno de los factores más intimidantes es escoger el lugar apropiado donde sembrar esas plantas en nuestro jardín.
Lo cierto es que, en jardinería, el diseño es un arte que combina conocimiento con preferencias personales. Siguiendo estos dos principios, se empieza a diseñar un jardín que sea atractivo y que esté en armonía con el entorno.
Cuando esté diseñando, ponga en práctica estas tres características:
Simplicidad – es común ver jardines que muestran una amplia variedad de plantas con diferentes tamaños y texturas. Esto a menudo crea confusión y presentará un panorama amplio pero caótico. Simplifique el aspecto de su paisaje, elija plantas que tengan una relación lógica entre sí, tal como un grupo de cinco Salvias con flores de diferentes colores pero con tamaño y texturas similares, en lugar de una Salvia y otras cuatro plantas que tengan poco en común.
Escala – Si siempre ha soñado con tener árboles de ciprés italiano en el patio delantero de su casa nueva, esas bellezas cónicas, muy altas, van a realzar su jardín pero hay que asegúrese que lo hagan de forma positiva. Su ubicación a ambos lados de la puerta principal va a crear un paisaje que puede opacar la estructura general de la casa y crearán una distracción, más que una apariencia coherente a escala.
Puntos Focales – Debido a que el ojo humano define los puntos focales dominantes y subordinados, crear un punto focal en el paisaje es elemental. El tamaño, el color y la textura pueden ser utilizados para acentuar los puntos focales del paisaje. Un gran árbol de roble, un hibisco rojo brillante o el cactus de textura gruesa se puede utilizar para resaltar un área, como la entrada de un edificio. Dado que el ojo es atraído por estas áreas, es importante crear la mezcla focal correcta ya que demasiados puntos focales o ninguno en absoluto dejan al espectador decepcionado o incluso confundido.